Tuesday, December 30, 2008

Elegìa

Fascinación. De tus ojos oscuros nublándose por el deseo. Mi mano cerrándose sobre la tuya. Mi cuerpo contra el tuyo torpe e indeciso. Vos y tus labios demasiados suaves. Yo, demasiado blanda y ambiciosa. Más que urgente sumergirte en mi necesidad mamífera. Desembriagarme de tu aliento y de tu imagen. Suspiros de un final deseado y suplicado, noaguantomás.

No te creas, no confundo el Amor con el Deseo. Preguntas a destiempo. Reflexión de situaciones previsibles. Tu machismo y mi sincera búsqueda de reconocimiento. Que me mires cómplice de una intimidad silenciosa y finita. Y vos, orgulloso y desconfiado, altanero cazador de esta presa tan fácil. El temor que la víctima se vuelva victimaria. ¿No ves que tu mirada se congela en mi espalda?

Ensueño, sí, ver por fin tu cuerpo claro. Verlo y no tocarlo. Dejarlo intacto como un cuadro. Observar y quedarme quieta en asombro, las manos cruzadas atrás y contemplarte. Ver como se yergue y me busca en las sombras. Iluminarme de pronto, lámpara incandescente de mi esencia rapaz. Buscar y rechazar sin cerrar los ojos. Ver y no fallecer. Crear la angustia del contacto. Decirte sí y no y colocar mi lengua sobre tus labios curvos. Decir silencio y que el mundo acabe, se enmudezca y se haga de noche. Brillar sobre tu cuerpo, debajo de tus brazos, entre mis piernas finas. Oler el calor que emano y que te arde. Sentirme sola y poderosa. Olvidarme de tu rechazo, segura que vas a desgraciarlo nuevamente.

Sólo desear un buen recuerdo. Conquistar lo imperdurable. ¿No ves lo magnífico del acontecimiento? Si la pasión se presenta, con el fuego y la saliva. Si se prenden de repente y voraces los instintos líquidos del humano. Si se apaga el dejo de cultura. Abandonar la asepsia y tocarnos y fluirnos, bebernos y tragarnos. Que fácil es, por qué complicarlo en las inseguridades personales, en las pequeñas deficiencias sociales.

Cuando – si ya te lo dije- el acto irrepetible del calor instantáneo y fugaz, deja marcas caprichosas e insistentes, es sólo eso. Porque no nos conocemos y qué importa, no hay chances, más allá de esta dicha instantánea. Estar juntos un instante sin tanto miramiento. Significa que me veas en mis dos facetas más primitivas. Soy mariposa y luciérnaga, delicada y luminosa. Efímera que no dura más que un día.

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