Hoy voy a saciarme. Acercarme sigilosa a tu cuerpo blanco. Murmurar despacio y rozar tu mejilla con mi aliento. Vas ver mis ojos nublados contra los tuyos. No vas a sentirme llegar a tu cintura. No quiero que me toques todavía, sólo que sientas deslizarme voluptuosa por tu piel que se desnuda. No quieras ya detenerme, que hoy devoro tu deseo con los dientes y las manos. Me posesiono y me olvido de mi raza. Soy la loba que se detiene con los dientes afilados y babea, ante la presa que se retuerce. Te pido que te quedes quieto, que no respires, para ver tu cuerpo todavía intacto de mis labios. Voy a bajar de a poco, evitando tus dedos hormigueando en mi espalda.
Hoy me seco toda de la humedad que me dejaste. Me ofrezco así vencida y ansiosa de tenerte. Tomo las riendas de esta maraña desesperada. No vas a dejarme. Quizás un poco por la sorpresa de mi fantasía. No vas a entenderlo. Vas a tomarme por los brazos. A besarme con la boca llena de humo y de café. Juego a resistirme y tu cuerpo se apoya sobre el mío.
Sé que te inundo con mi lengua. Me soltás para recorrer mis pechos que se ofrecen desparrramados, los pezones rosas urgidos de tu saliva. La respiración se me entrecorta y suspiro. Tu sonrisa se pronuncia perversa, tu mano en mi pubis que te sorbe y te aspira, en el caudal inmenso de mi urgencia, en las ganas de tenerte.
Ya me siento una araña que quiere atraparte dentro. Ya te pido encima mío, que me saques sangre del deseo, que de mis labios sale el hilo espumoso de morderme para no gritar y resistirme. Ya lo quiero todo e intenso. Ya lo quiero infinito y conclusivo para sacarte de mi mente obsesiva, de la primavera hirviente y oceánica.
Te ruego sin palabras, mis manos en tu sexo en el mío. Que ya no me resisto y me cures. Estás ahí y me desdoblo, me entrego, me retracto, parpadeo y me escapo, arriba tuyo a mi ritmo, meto los dedos en tu boca y en la mía, me apoyo en tu pecho, suboybajoysubo, salgo, me doy vuelta, tus manos me sujetan del pelo, ya de vuelta tus ojos en los míos, ya te siento intenso y duro, sudoroso y desbocado, ya te pierdo, ya te pido que me sueltes y tus manos se enroscan en mi cuello, cierro los ojos fuerte.
Me levanto y recupero la cordura.
Nada hay es lo que puedo, lo que dejo y se agota. Entro en tu fantasía y te fugo de la mía.
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